En el corazón del pintoresco barrio Francisco I. Madero, entre las calles Agustín de Iturbide y Santos Degollados, se encuentra una modesta capilla que resguarda la devoción al "Niñito Florero". Este rincón especial, ubicado en la avenida Hidalgo, sirve como testigo de una arraigada tradición conocida como la "topada de la flor".
El protagonista de esta peculiar celebración es Tomás Nigenda Sánchez, reconocido como el "patrón de los floreros". Este título se hereda por designación, otorgado al miembro más antiguo entre los floreros en caso de fallecimiento o incapacidad de continuar en el cargo, siguiendo la línea de su predecesor, Isabel Gómez.
En una entrevista exclusiva para este medio, Nigenda comparte que lleva cerca de 31 años siendo el prioste. El 18 de diciembre marca el inicio de una "velada de ángel", donde durante tres días se rezan plegarias al niño Jesús. El 21, la comunidad se dirige a la "topada de la flor".
Considerada una de las tradiciones más significativas y